—¡Chico, no te atrevas a desafiar a la autoridad!

Ulises y Quique, aguantando sus heridas, se apresuraron a interponerse entre Christian, deteniéndolo en seco.

Aunque ambos sabían que no eran rival para Christian, y Néstor era el yerno de la familia Gil, no podían permitir que Christian lastimara a Néstor delante de sus ojos.

Así que tuvieron que enfrentar a Christian con valentía, esperando ganarle a Néstor algo de tiempo para escapar.

—¡Fuera de mi camino! —Christian resopló fríamente.

Su objetivo era Néstor, y no tenía ganas de enredarse con Ulises y Quique. Con un gesto rápido, lanzó varias agujas de plata.

Por supuesto, estas eran simples agujas de plata, no las agujas venenosas del Polvo de las Nueve Toxinas Celestiales. Christian no usaría tan fácilmente sus cartas más fuertes.

—No es bueno.

Sintiendo la amenazante fuerza de las agujas de plata, los rostros de Ulises y Quique cambiaron drásticamente. En un instante, rodaron por el suelo, esquivando por poco el ataque de las aguj