—Christian, finalmente has llegado, qué alivio.
Al ver a Christian aparecer, la expresión de dolor en el rostro de Andrea se relajó ligeramente y logró esbozar una débil sonrisa.
Después de tanto tiempo juntos y compartiendo dificultades, ella y las cuatro chicas de Carmen habían desarrollado una dependencia inexplicable hacia Christian.
Con la llegada de Christian, sintió como si de repente hubiera encontrado un apoyo vital, y su corazón finalmente encontró paz.
—Andrea, ¿qué te sucedió?
—¿Estás bien?
Sin esperar la respuesta de Christian, el señor Benítez y la gente de la familia Benítez se alarmaron y corrieron hacia ella, tratando de ayudarla a levantarse.
—Abuelo, ¿qué están haciendo aquí?
—Me duele mucho la pierna.
Andrea no esperaba que el señor Benítez y los demás vinieran al Territorio del Sur, lo que la sorprendió un poco.
Luego, sintió un intenso dolor en la pierna y, debido a eso, su rostro se volvió pálido y no pudo evitar inhalar bruscamente.
—Andrea, ¿qué le pasó a tu pi