Capítulo 32.

Me siento incrédula, como si estuviera soñando o alucinando, no puedo creer que Julian esté ahí, ¿Qué hace aquí? ¿Cómo me encontró?

Al verlo llegar, Raven me suelta de inmediato y se aparta, intentando fingir que entre nosotros no ha ocurrido nada, aunque todavía puedo sentir la furia en sus pensamientos y lo frustrado que se siente.

Lo sé, Raven ya se sentía un ganador, como si al haberme obligado a firmar ese documento ya hubiera tenido por sentado la soberanía sobre el lago Silver. Pero eso no ocurrió..

—Alfa Julián, qué bueno contar con su presencia en esta reunión —lo saluda Raven, volviendo a sonar amable y normal, como si nada hubiera ocurrido.

Pero Julian no le responde, se ve furioso, sin apartar su mirada de mí, que sigo apoyada en la mesa, herida por la manera en la que Raven me empujó, y logrando incorporarme a duras penas.

—¿Quiere quieres sentarse o que le ofrezco una copa de licor? —pregunta Raven volviendo a sonar diplomático y amable.

La tensión en la sala es crecie
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