Capítulo 14
Lori, estacionó su automóvil, un bora de color negro en el ingreso del garage. Se miró en el espejo retrovisor, y se dijo a sí misma que todo iba a estar bien. Miró hacia su izquierda, y Guido estaba parado en el hall observándola de brazos cruzados. Bajó del coche y se dirigió a paso firme hacia la entrada.
—¿Qué tal estuvo el viaje? —preguntó ella y le dio un beso en la mejilla.
—Bien —respondió él de manera cortante y añadió— Necesito hablar contigo.
Ella arquea su ceja y pregunta. —¿De qué querés hablar?
—Lori, no te hagas la tonta conmigo. —resopló Guido.
Ella lo miro de arriba abajo con soberbia y dice. —No sé a qué te refieres. A mí háblame claro sin rodeos.
—Es lo que haré. —le reprochó él.
Ingresaron a la casa, ella se dirigió a la oficina que ambos compartían para trabajar, dejo su bolso en una silla de terciopelo negra, se sacó sus tacones y se sentó en un diván.
—Aquí estamos ¿De qué querés hablar? —soltó ella.
—Por más que haya estado afuera por unos días estu