Capítulo 18
Esa misma noche, Guido fue a casa de Lori para buscar a Jeremy. Iba a quedarse con el ese fin de semana.
Luego de despedirse de su hijo, Lori e Iker fueron para poner manos a la obra.
Incendiaron el auto para no dejar pruebas y así hacerle creer a la policía su mentira del robo del mismo.
Mientras el auto se incendiaba, ambos estaban parados a una gran distancia, de brazos cruzados observando arder las llamas.
—¿Qué pasa si nada de esto funciona? —pregunto Lori acongojado.
Él, la mira a los ojos, acaricia su largo y oscuro cabello, la abraza, le da un beso en la frente y susurra. —No importa lo que suceda, quiero que sepas que siempre te voy a amar. Aquí, en esta vida, o en el mundo de los muertos, siempre serás mía.
Ella levanta la mirada y una lágrima rodea su mejilla y dice. —No hables así, parece que te despides de mí. Todo estará bien. Nadie conocerá la verdad jamás.
Él la abrazó con fuerza. Interiormente sabia que tarde o temprano podía caer por alguna muerte.
—Esto