Capítulo 63: Ya nunca sola.
— Está delicioso. — dijo Arianna con ánimo, al probar aquel filete Mignon, que casi se deshacía en su boca.
Leonardo sonrió y no pudo dejar de mirarla; sabía que ella se estaba haciendo la fuerte, pero había notado como sus manos temblaban cuando habían visto a Mariana Urriaga a lo lejos.
Le había dicho que la amaba, sin embargo, aún no sabía que era lo que aquella hermosa castaña sentía por él; no iba a presionarla, por supuesto, pues entendía que ella incluso podría haber olvidado aquel “Te amo” de la noche anterior, en medio de todo lo que le estaba pasando. Aún no estaban fuera de peligro, eso era un hecho, pues si su padre y hermana habían sido capaces de llegar tan lejos para ordenar un ataque contra ella, significaba que todo aquello apenas estaba comenzando.
Sus informes, por otro lado, eran preocupantes; el atacante simplemente parecía haber desaparecido del mapa, y estaba convencido de que Maximiliano Urriaga lo tenía bajo resguardo como un truco sucio bajo la manga para el