— Gracias a todos por venir en tan poco tiempo —comenzó Alexander—. Quiero iluminarlos a todos con una verdad —él miró a Angelina que estaba mirando su regazo—. La chica sentada a mi lado es la misma chica que me abofeteó en la mansión del Sr. Torres hace dos meses.
Un sudor frío brotó de su frente y se lo seco con el antebrazo.
Todos los reporteros jadearon sorprendidos y miraron su rostro,
Alexander extendió su mano hacia ella y colocó su mano sobre la de ella. Ella lo miró y él le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
— Ese día —hizo una pausa y volvió la cabeza hacia los reporteros—. Trate de forzarme a ella
Angelina jadeo, sorprendida de que él admitiera lo que había hecho
—Les mentí a todos que ella trató de empañar mi imagen. De hecho, fui yo quien trato de degradarla —la boca del reportero se abrió y la incredulidad cruzó sus rasgos.
Angelina volvió a mirar su regazo. Ella nunca pensó que él confesara su pecado Muchas preguntas circulaban en su mente sobre por qué esta