[Perspectiva de Nerea]
Por más que me esforzara para no sentirme vacía, había algo en mí, muy en lo profundo que no me permitía sentirme de una manera distinta a esa. Lo que sea que tuve antes del incidente, no tardé en perderlo luego. A lo único que me aferraba era a James, cuyo vínculo desde hacía dos años había consistido en el corte final de una relación que para mí lo había sido todo.
Me desperté una vez más sudada y con el corazón resonando, pese a que sabía que en realidad solo resonaba en mi interior, no era capaz de escucharse realmente. Tapé mi rostro con ambas manos y solté el aire que parecía haber retenido mientras dormía y soñaba con mi guardia de seguridad. ¿Por qué me atraía alguien cínico, amargado y (sobre todo) casado? Pero eso no era lo que más me daba miedo, sino el hecho de que esa mañana fue diferente a las que había tenido los últimos dos años. No hubo vacío, sino una increíble sensación de deseo que cosquilleó mi vientre y su zona más baja. Estaba mal.
Me duch