53. Una sobreviviente
Samira
Esta última semana ha sido un sueño hecho realidad. Me siento como si estuviera viviendo en una nube y el responsable de eso no es otro más que Amir.
En estos días me ha explicado que mi nueva condición como la señora Rahal también me ayuda a que mostrarme al público sea menos peligroso, pues mi padre me mantuvo muy bien protegida a lo largo de mi vida, por lo que fingir que no soy Samira Nader no debería ser tan complicado.
Sin embargo, como hay gente que sí me conoce y en especial gente mala, solo puedo salir de la mansión a sitios muy concurridos, acompañada de Anya y dos guardaespaldas. Dígamos que la seguridad pone un poco paranoico a Amir, pero no lo culpo.
Sin embargo, lo que en realidad me tiene emocionada el día de hoy es que finalmente voy a empezar el tratamiento de la vista.
Escucho la puerta de la habitación ser abierta y de inmediato el aroma que ya reconozco como el mío propio llega a mis fosas nasales y por alguna tonta razón me sonrojo. Puede ser por el recu