Dorian
Me acerco a ella, lentamente, mis pasos vacilantes. No hay consuelo en sus brazos, ya no queda nada de lo que éramos. Sin embargo, no puedo evitar mirarla, sentir el dolor ardiente que me quema por dentro. Ella sigue siendo la misma Morgane, pero… diferente. Más que nunca, me doy cuenta de que el futuro que me había prometido ya no es el suyo. Ha tomado otro camino. Un camino que no puedo seguir.
— Morgane, susurro, mi voz rota. ¿Fue… fue la única salida? ¿Realmente no había otra opción?
Ella me mira un instante, su mirada penetrante, pero no hay arrepentimiento en sus ojos. Hay una profunda convicción, algo que no puedo entender, pero que respeto.
— Sí, Dorian, responde suavemente. Fue la única elección. Para mí. Para todos nosotros.
Un pesado silencio pesa entre nosotros, como una barrera invisible que nunca podremos cruzar.
Morgane
Siento el dolor en la voz de Dorian. Lo veo en su mirada, aunque intente ocultarlo. Pero ya es demasiado tarde para retroceder. He tomado el cont