Sasha
El silencio que sigue a las palabras de Lucien es ensordecedor. El aire parece congelarse a nuestro alrededor, una tensión palpable, casi tangible, como si el tiempo mismo dudara en transcurrir. Las paredes de la habitación parecen cerrarse, y siento mi corazón latir desbocado, golpeando mi pecho con una intensidad insoportable. Cada fibra de mi ser me grita que huya, que escape antes de que sea demasiado tarde. Pero no hay escape posible. La elección está ahí, frente a mí, y no espera.
Adrian aprieta mi mano con fuerza, como para recordarme que no estoy sola en esta prueba. Pero su presencia, por reconfortante que sea, no es suficiente para calmar la angustia que me paraliza. La pregunta que Lucien me ha hecho resuena en mi mente como un eco incesante: ¿Eliges vivir, o eliges destruirlo todo por amor?
Vuelvo lentamente mi mirada hacia él, buscando una respuesta en sus ojos oscuros. Pero lo que encuentro en sus pupilas solo añade a mi confusión. Parece tan perdido como yo, atrap