La sirvienta del CEO.
La sirvienta del CEO.
Por: Lily Arzola
Capítulo 1

Las sirvientas jamás somos las protagonistas de la historia en la vida real. Siempre pasamos desapercibidas ante el ojo humano, mientras que solo vivimos para servir. Las sirvientas no son esposas ni madres, aunque si hacemos todo lo que las esposas y madres no quieren hacer. ¿Pero cómo fue que paso? De pronto mi mundo cambio por ese hombre, que me sedujo en su mundo, su arrogancia y sensualidad. Una sirvienta queda atada de manos por una aventura con su jefe.

Mi madre había muerto después de una lucha contra el cáncer de estómago, que duró dos largos años. Y mientras tomaba la mano de mi hermana menor, le prometía a mi madre, que haría todo lo posible, por mantener a mi hermana Alison, quién era solo una joven de cabellera rubia de solo quince años, a salvo. 

Y la única forma de mantener a mi hermana, era haciendo lo que sabía hacer mejor, ser sirvienta. Mi madre también lo fue, ella estuvo como sirvienta en las mejores mansiones de todo Nueva York, convirtiéndose en una sirvienta de alta demanda. Mi madre tuvo la necesidad de que le ayudará más tarde, así que, a muy temprana edad, yo también empecé a trabajar en este mundo de la servidumbre, dejando de lado la escuela y convirtiéndome en una de las mejores sirvientas junto a mi madre. 

Pero cuando creímos que lo teníamos todo, fuimos despedidas de la mansión Madison, en donde vivían una pareja de ansiamos a los que nos dedicábamos a cuidar, ya que los hijos de la pareja se harían cargo de ellos después de abandonarlos por años.

Después de la muerte de mi madre, me enteré que la pareja Madison habían muerto también, lo cual fue también un gran dolor para mí, ya que ellos me trataron como si fuera una de sus hijas. 

—Tengo buenas noticias. —Me avisa Gloria, la chica de recursos humanos de la empresa de servidumbre a la que pertenecía. —Están volviendo a requerir servidumbre en la mansión Madison.

Yo de inmediato sonrió, ya que estaba desempleada desde hace algunos meses.

—¿Son nuevos inquilinos? —Pregunté con alegría mientras estaba a punto de entregarle mi currículo, para conseguir otro trabajo, pero no fue necesario, ya que ella no dudo en decirme lo de la mansión Madison. 

—No, son los hijos de la pareja. 

Mi semblante de inmediato cambió, ya que ellos mismos nos habían echado, no sólo a mi madre y a mí, sino que a mucha gente que laboraba y se hacía cargo de la gran mansión. 

—¡Quita esa cara! —Me regaña la joven regordeta de pelo rojo y gafas del mismo color de su pelo. —¿Quieres el trabajo? ¿O se lo doy a alguien más? 

Yo solo me tragué mi orgullo y asentí con mi cabeza. 

—¡Quiero el empleo! —Fui astuta y lo dije con rapidez, no podía negarme a tal oportunidad. 

—Bien, porque ya envié tu información a la mansión. —Me avisa la joven sorprendiéndome.

Yo solo le sonreí alegremente a Gloria, ya que estaba realmente agradecida por haberme considerado para el trabajo, incluso sin saber si aceptaría o no.

Gloria de inmediato me da el uniforme de la casa Madison, que era un vestido negro ajustado con un mandil blanco con encaje negro realmente hermoso. Cada mansión en la que trabajamos, ocupaba diferentes tipos de uniformes, así que estoy realmente sorprendida que hayan cambiado el estilo del uniforme de la casa, ya que el anterior, era uno más rescatado y menos revelador. 

—Supongo que deben ser excéntricos. —Me mofe al ver que incluso usaríamos unas medias estilo Lolita. 

—Sean o no excéntricos, ahora debes de concéntrate en trabajar mucho. —La joven me regaña una vez más, ya que sabe que nunca me puedo quedar callada. —Debo decirte que los nuevos dueños son un par de hermanos millonarios. Lo que se de ellos, es que uno es un CEO de publicidad en Time Square, dicen que tiene un carácter fuerte y es de cuidado, no sabes cuántas chicas han salido por simplemente no ser capaces de hacer lo que él hombre les dice. 

Mi piel se eriza un poco al escuchar, sobre ese terrible hombre de carácter aparentemente fuerte. 

—Y también está su hermana, que es una joven enfermiza de tan solo quince años. 

—¡La edad de Alison! —Dije con felicidad de poder encontrar una niña, que quizás pueda convivir con Alison cuando esté en la casa de ese millonario. —Aunque lamento mucho que esté enferma. 

—Al parecer su hermano mayor la cuida como una princesa, así que se cuidadosa con la hermana, ya que significa todo para él. 

Yo solo asentí con la cabeza mientras dibujada una sonrisa en mi cara, asegurándole que haría todo lo posible, por mantener mi reputación en alto. Pero mientras camino a casa por las calles del Bronx, siento que mi corazón late cada vez más fuerte.

Al llegar a casa me encuentro con mi pequeña hermana en la cocina, haciendo sus deberes como siempre.

–¡Hermana! –La joven rubia de inmediato va hacía mí con una felicidad increíble. –¿Tienes el empleo?

Quería sorprenderla, así que puse una mala cara, ella de inmediato se desanimo junto a mí, pero después le enseñe el traje de servidumbre, dándole a entender que había obtenido el empleo.

–Sofí, ¿por qué me haces ese tipo de broma? –Me reprocha la joven tomando el traje entre sus manos. –Parece ser un traje bastante caro. –Lo dice al tocar la tela mientras yo le preparo de cenar. –Aunque el look es un poco provocativo.

–Lo se. –Tome una taza de café y mire a mi hermana. –Pero el patrón lo a elegido.

–¿Es un hombre? –Pregunta Alison interesada.

–Parece ser un millonario, en realidad no sabía que la familia Madison tuvieran un hijo millonario, aunque ellos lo eran.

Y mientras hablaba, mi hermana se metía a su computadora y mientras tecleaba con fuerza, yo sacaba su comida del microondas.

–¡Ya se para quién trabajaras! –Dice de la nada la joven, llamando mi atención.

Así que camine con su cena en mano, para después sentarme a su lado.

Yo le serví su comida y ella me dio la computadora.

Al parecer mi hermana la Stalker había logrado conseguir toda la información, que necesitaba para conocer a aquel hombre que me hacía erizar la piel.

Su nombre era tan peculiar y al mismo tiempo un poco revelador, su nombre era Maximo Demon Madison y tenía treinta cinco años, y como me lo habían dicho era un millonario con una empresa que él mismo hizo, cuando estaba en sus veintes, parecía que la empresa era de publicidad y era bastante conocida por tener la mejor publicidad en Time Square. Y al parecer todo lo que el hombre tocaba se convertía en oro, pero al verlo en las fotos que se encontraban disponibles en internet, mi corazón empezó a latir con fuerza, mientras mi cuerpo se erizaba como nunca.

Maximo Madison, era un hombre realmente alto con una elegancia indudable, su cabellera era castaña clara y siempre lucia bien peinada, mientras que lucia una barba de candado delgada y no tan pronunciada, sus dientes eran tan blancos como las perlas. Su tez era pálida como la porcelana, mientras que lucias cejas bien pobladas. Sus labios tenían la forma de un corazón y eran regordetes, mientras que sus ojos eran castaños muy claros, mientras lucía grandes pestañas que adornaban sus ojos.

–¿É-el será mi jefe? –Pregunté a los cuatro vientos sin haberlo pensado antes, lo que causo que mi hermana me mirará. Ella sabía lo dura que era con los hombres y el solo decir un buen comentario sobre uno de ellos, me hacía ver un poco vulnerable ante mi hermana.  

–Es guapo, ¿verdad? –Ella pícaramente alzo sus cejas graciosamente, lo cual me hizo reír.

–Quizás es guapo, ¿pero como puedo admirarlo? Si el tipo millonario no sonríe. –Le comenté, ya que en cada foto que había de él cerrando contratos con hombres importantes o haciendo conferencias por el país, el hombre siempre mostraba una cara algo retadora, sin sonreír nunca.  –No me gustan los hombres amargados.

–Pero es rico. –añadió mi hermana con una risa.

–No me interesa cuánto dinero tenga, sino sonríe. –Le hice cosquillas a mi hermana, para después abrazarla. –No pienso enamorarme, ni tampoco pienso que un hombre como él se fije en alguien como yo.

Mi hermana me mira atenta.

–Sofí, pero si eres tan bella. –Me dice mi hermana tratando de animarme. –Tu piel es como la leche, mientras que tus ojos cafés siempre les roban el aliento a todos los hombres. –Yo solo bese su frente. –Recuerda que mi madre te solía decir el cisne negro, porque eres tan sensual, hermosa y misteriosa. Siempre llamas la atención de todos por tus sensuales y grandes labios rojos.

–Bueno, es hora que dejes de alucinar y vayas a la cama. –La interrumpí.

Alison podía ser demasiado cariñosa y hasta hostigaba al hablar de mi belleza, ya que ella misma sabía que ella contaba con una belleza, que no podía ocultar. Al lado de mi hermana yo era nada y lo sabía, pero mi hermana era como mi hija, no podía culparla por ser hermosa, así que solamente la amaba tal y como era.

Y mientras la veía dormir como si fuera una princesa de Disney, mi corazón aún se siente algo confuso al pensar en ese hombre, era como un misterio para mí, no entendía por qué me sentía de esa forma. Era como si tan solo con ver una foto de él, ya me hubiera intimidado y quitado el aliento con lo guapo que era.

Pero al final de la noche, solo pude pensar que estaba siendo demasiado exagerada, ya que a ese tipo de hombres se le ve poco en casa, así que quizás nunca pueda verle. Después solo deje que mis ojos se cerraran, pero mientras me quedaba dormida, de mi boca salió su nombre.

–Maximo. –Murmuré consternada, para después caer completamente dormida.

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