—¿Qué? —Miré a Emma, confundida por su intención.
Pero ella no me respondió; simplemente continuó guiándome hacia adelante.
Un buen número de guardaespaldas y personal se había acercado. Todos tenían los ojos fijos en mí, como si temieran que pudiera escapar.
Daniel estaba en el escenario, emocionado y elocuentemente presentando el nuevo proyecto. La conferencia realmente era grandiosa; eché un vistazo y vi que casi todos los medios importantes estaban presentes.
No sabía qué proyectos significativos tenía el Grupo Castillo; solo escuchaba desde atrás. Fue solo cuando una azafata se acercó a invitarme a subir al escenario que me di cuenta de que algo no estaba bien.
—Hablé con Daniel; no voy a salir en cámara —Me volví hacia Emma.
Ella no dijo nada, solo me apretó la mano con fuerza. Dos guardaespaldas estaban detrás de mí, y la mujer de mediana edad me empujó el carrito hacia las manos.
—El señor Castillo le pide que suba, no nos complique las cosas.
Sentí un sabor metálico en la boca