Esa noche, Isabel me envió un WhatsApp para decirme que, a partir de ahora, Félix no investigaría más mi caso. Supuse que también había informado a sus superiores y, con la presión de Rafael, seguramente cambiarían al policía.
No temía a la investigación, pero que me atacaran de esa manera no era aceptable. Pensé que no tendría más encuentros con Félix, pero al día siguiente regresó a la habitación.
Mostró su placa de policía, pero los guardaespaldas aún intentaron detenerlo. Al ver que solo venía él, finalmente le permití entrar.
—Señorita Camila, necesito hablar contigo a solas —Miró fríamente a mi enfermera, Nuria.
—Nuria, sal un momento, este oficial tiene algo que discutir conmigo.
Nuria dudó y me miró, pero al ver mi asentimiento, salió de la habitación.
Me senté erguida, tratando de ocultar el teléfono que estaba grabando detrás de mí.
Desde que supo que estaba en la puerta, me preparé para su visita. Con locos como él, siempre hay que usar métodos especiales.
—¿Este oficial bus