"No lo era. Eres mi pareja. Eres especial para mí y es imposible que no te dé un trato especial mientras estés aquí". Su argumento y quiero discutir un poco más, pero decido no hacerlo.

Nunca voy a ganar contra él. Nunca lo hago.

“Gracias". Susurro, levantando la mirada hacia él.

"¿Por qué me agradeces?”.

"Por la casa. Es... es buena. A Ryan y a mí nos encanta. Gracias”.

"No tienes que agradecérmelo, Ashanti. Es mi responsabilidad asegurarme de que estés cómoda donde estés. Asegurarme de que estés bien y no pienso descuidarme. Ya no". Esas palabras cargan mi cerebro como una corriente eléctrica, enviando escalofríos por mi espalda que hacen que la piel de gallina aparezca por todo mi cuerpo. La tensión en mi pecho aumenta y la intensidad con la que me mira hace que me derrita bajo su mirada como si fuera mantequilla.

Mis ojos se apartan de los suyos y bajan hasta sus labios.

Esos labios.

Oh, esos labios... Los he besado más de cien veces, pero nunca me cansé de ellos. Pensamien