- Edward dijo que mi antigua habitación podría ser la de Tom, es una buena habitación, espaciosa y no hace ni frío ni calor. - Dijo Rebecca abriendo la puerta de la casa. - Tengo que sacar mis cosas de mi habitación y meterlas en la suya, y dejar la habitación al menos medio ordenada para cuando llegue Tom.
- Cálmate, ya has empezado con la euforia. - Olivia se rio al entrar en casa. - ¿Cómo te sientes con todo este cambio?
- No sé hasta dónde llegará esta calma, y mi temor es que esta calma sea como un mar que retrocede y luego un tsunami. - dije sinceramente mientras dejaba las maletas en el suelo del salón.
- Si es para la señora GreenWood, no creo que debas preocuparte demasiado. Edward parece dispuesto a todo por usted, está dispuesto a acercarse a su hijo con tal de no perderla. - Olivia palmeó el hombro de su amiga. - ¿Empezamos a ordenar?
- Te acompaño a tu habitación. - Sonrió y se dirigió a su habitación. En cuanto abrió la puerta, su amiga entró y se puso a observar.