CAPÍTULO 72**
Me observa detenidamente y pone una mano sobre mi cabeza.
—No puedes volver a transformarte, ¿verdad ?
Gimo y niego con la cabeza.
—Espera un momento.
Camina hacia un árbol y saca una manta de una mochila que cuelga de sus ramas. Me cubre con la manta y empieza a masajearme las articulaciones de los hombros y caderas, la columna y los costados.
—Inténtalo otra vez, princesa.
Lo intento de nuevo y siento cómo mi cuerpo se mueve un poco.
—Eso es, un poco más…
Y entonces vuelvo a ser humana. Estoy temblando y jadeando.
—¿Por qué duele tanto ?
—Puede que antes todavía tuvieras restos del analgésico o del somnífero en el cuerpo, pero esta vez no. Cámbiate, cariño, ya es hora de empezar a prepararnos.
Beck se aleja y yo me pongo de pie con dificultad. Me pongo la camiseta y los pantalones de chándal, muy consciente de que no llevo ni sujetador ni bragas. Salgo de detrás del árbol y Beck corre hacia mí.
—¿Cómo te sientes ? ¿Necesitas sentarte ? ¿Vamos a ver al médico ? ¿Tú… ?
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