— Ónix, gracias por salvarme anoche — Mi voz suena débil y me odio por la imagen de mujer desprotegida que acabo de brindarle.
Decir su nombre se sintió como si estuviese entregándole mi alma, prometiéndome a él para siempre.
¡Definitivamente, no volveré a leer esas historias!
— Luciano va a encargarse de tu seguridad, no te preocupes, puedes pedirle ayuda a él o a sus hombres cuando lo necesites — Me dice y enseguida hace un gesto con la cabeza y se retira hacia el interior de su chalet.
Luciano y Drago ya han salido y me apresuro a seguirlos ¿Ha dicho él y sus hombres? ¿Acaso son militares o un grupo de vigilancia civil?
Todo esto ha sido muy extraño ¿Quiénes son estás personas? ¿Forman parte de un grupo organizado y el adolescente es el jefe? Si no recuerdo mal, le dijo a Ónix que ya no tenía derecho a ordenarle nada.
Empiezo a arrepentirme al dejar que dos hombres me acompañen a atravesar el solitario bosque en una camioneta cuatro por cuatro.
Drago y Luciano empiezan a hablar en