3- Tres consumiciones

Pov: Melanie

Siena me mira y abre sus ojos como preguntándome ¿Cómo? ¿Cuándo?

La conozco.

— Hola Siena feliz cumpleaños — Derek la saluda y yo solo puedo sonreír nerviosa.

— Gracias...

— Perdón, mis modales son malisismos — Derek se ríe — Soy Derek — Siena lo saluda y no deja de mirarme con curiosidad.

— Un gusto, espero que la pases bien y lo importante que cuides a mi amiga — le guiña un ojo.

— Lo haré, tengo suerte que me invitará — dice él muy tranquilo.

— Voy con mi esposo y después hablamos Mel — se va hablando y miro a Derek sin saber que hacer o decir, es que pienso puedo arruinar su primera impresión de mí.

Quiero ser perfecta, quiero ser lo que él espera, llevo tanto tiempo pensando en una cita que parece irreal.

Imagínense que el chico más lindo y codiciado de tu escuela, en mi caso trabajo; sale en una cita con ustedes, la presión es alta, muy alta.

— Cuando me dijiste que eras la mejor amiga de la esposa del jefe pensé que era chiste — Dice Derek divertido.

— Era verdad, pero juro que antes de que ellos fueran pareja yo ya trabajaba en Maximus, porque ya sé como se ven las cosas — Lo miro muy preocupada pero él solo sonríe.

— Lo sé Mel, eres una mujer con potencial, jamás pensaría algo así de vos — Suspiro y se me acerca. — Solo tengo buenos pensamientos de ti Mel — Me quedo sin habla ante sus cercanía.

Maldición no quiero ser tan evidente y quedar como tonta desesperada expuesta.

Usarás una poción con él ¿Eso no te hace desesperada?

Eso, la poción, no debo olvidarla, no me arriesgaré.

— Te traeré un trago ¿Me esperas aquí? — pregunto alejándome solo un poco de él.

— De acuerdo, puedo ir yo si quieres..

— Eres mi invitado voy yo, no vayas a irte — sonrío divertida — Vuelvo enseguida.

Dile lo que harás.

— Shhh — Derek me mira y sonrío — Solo tardaré un segundo — me alejo apresurada hasta la barra.

Suspiro y saco el frasco de mi bolso.

Si estás loca, pero pensemos que las personas más locas crearon el mundo.

No es tan loco, solo es... ¿Una ayudita?

— Vamos piensa eso, solo para consolarte Melanie, pero tampoco estarás tirando el dinero por ser una cobarde, si esto te da una oportunidad o una plus extra lo usas y listo ¿Qué es lo peor que puede pasar? — mumuro para mí mientras preparo el trago.

Le pongo azúcar en el borde para que se vea mejor y además ese toque dulce no hará tan evidente el sabor de la poción.

— Ay por dios, esto suena loco, pero... no puedo negar que es divertido el hecho de hacerlo ¿no? — Me parece que parezco loca así hablando sola.

Le hecho vodka al frasco y veo como se diluye formándose de color anaranjado.

Listo, ya está, hecho todo el frasco dentro y me doy cuenta que quizás es demasiado, cuando solo quedaba un poco me detengo.

Maldición ¿Si quedo muy fuerte? ¿Será que el sabor quedo mal? Que idiota ¿Cómo le voy a echar todo?

Revuelvo con un palillo y tomo un poco para ver el sabor, bien, dulce... no sé siente.

¡Idiota! Melanie eres una idiota.

Oh por dios, soy una tarada.

Voy al baño rápido y me meto al baño para escupir pero me lo he tomado ya. ¡No puede ser! Soy tan idiota.

Solo fue un poco, no creo que te haga nada, además solo probabas que estuviera bien el sabor.

Si es cierto, no creo que solo se necesite un trago, además es para él, a mi ¿Qué me haría? Nada.

Salgo del cubículo y me enjuago la boca, me tranquilizo, solo fue un trago, no fue demasiado.

Al objetivo de hoy Mel.

Salgo más tranquila para buscar el trago y de una vez dárselo a Derek para terminar con esta tortura y me acerco a la barra quedándome estática ante la imagen.

¡No, No, No! Me acerco apresurada hacia Adriel, el muy idiota tiene el trago de Derek en la mano.

— No te atrevas — digo llegando pero no me hace caso —¡No!

Cierro mis ojos porque solo a mi se me ocurre hacer esto con mi maldito amuleto de la mala suerte cerca.

Voy hasta él y le quito el trago.

— Dije que no lo tomarás —lo miro enojada, asustada.

¿Habrá tomado más mientras no estaba?

— No es para tanto Mel, ¿No sabía que era tuyo? — sonríe divertido y lo golpearía.

— No iba a perderme un beso indirectl contigo Mel — él tiene que escupirla, vomitar lo que tomo o lo que sea.

— Adriel esto... ¿Cuanto...

— Pensé que te habías perdido — La voz de Derek me hace voltear y sonrío nerviosa.

Miro a Adriel que rueda los ojos y se marcha.

— Solo... me tarde un poco y..

—¿Éste es para mi? — Toma el trago de mi mano y antes de que pueda frenarlo toma un largo trago de él.

¡Oh por dios! Ya nada de esto parece divertido.

— Delicioso — sonríe y quiero que la tierra me trague.

— Que bueno, no pensé si te gustaría — busco con mi mirada a Adriel porque necesito hacer algo con el hecho de que haya tomado este trago.

¿Por qué me pasa esto a mi?

No fue buena idea la poción.

Callate, hace un segundo era perfecto.

Si lo tomaba Derek, no si lo tomabas tu, Adriel y Derek.

M*****a sea, soy una idiota.

Debo terminar esto, quitarle el trago a Derek y que sea lo que tenga que ser.

— Me gusto está muy rico — Toma otro poco de trago y solo lo miro demasiado preocupada.

Yo... no sé que debo hacer.

Solo quiero que deje de tomarlo, esto fue una pésima idea, pésima.

— Deberíamos ir a bailar o a buscar comida — trato de estar tranquila verme relajada y sonreír casual.

— Por supuesto vamos — Caminamos solo dos pasos y me pego a el golpeando su vaso empapandolo con el contenido del mismo.

Prefiero esto a seguir con esta locura.

— Oh lo siento, soy una bruta — Tomo el vaso en mis manos y lo dejo en el lavado tirando todo el contenido.

Dinero a la basura, debí ser menos inconsciente.

— Déjame limpiarte, no es posible — Tomo unas sevilletas y trato de secar su camisa.

Dios lo he empapado de verdad.

— No te preocupes, puede pasar, solo es un poco de liquido — Dice eso porque es amable y un caballero.

— Déjame te seco la camisa — Lo estiro y el solo se deja llevar.

De camino veo a Adriel con sus primos riendo como si nada, ese asunto debo solucionarlo luego.

¡Maldición! ¿Cómo terminé con tantos problemas?

Llego al baño de hombres y entro junto a Derek.

— Espera Mel — no le doy importancia a Derek pero luego retrocedo y salgo porque no es una buena idea meterme al baño de hombres.

— Okey, fue mala idea — me quedo parada en la puerta pensando ¿Y ahora qué?

— Ya lo creo — Sonríe y yo igual porque a pesar de todo este hombre sigue pareciéndome demasiado sexy.

— Mejor la secamos en otro lado — Sugiero.

— No me molesta te soy sincero, fue un accidente y.... no importa — Se acerca a mi tomándome de la cintura. — Aunque no me molestaría entrar de nuevo al baño contigo — Abro mi boca incrédula ante sus atrevidas palabras y como idiota no sé que responder, no quiero arruinarlo, decir alguna cosa boba.

— Yo.... yo.... — Sus manos sobre mi cintura parecieran presionarme demasiado, los nervios me traicionan y me siento aprisionada, como si no pudiera moverme.

— Sos hermosa Mel, me gusta demasiado cuando tienes esa expresión de quedarte sin palabras, a veces quiero creer que solo te pasa conmigo y sentirme especial — ¿Le gusta mi expresión de tonta? No es posible.

Sonrío como una idiota, es que nada más puedo hacer.

— Solo... creo que solo me pasa... — me río — Cuando estoy nerviosa. — confieso sin pena.

Que más da, soy esto ¿Qué tiene de malo?

— Lo cual no me gusta, no me gusta sentirme nerviosa, no sé si es bueno o es malo, no lo sé — Me mira a los ojos y luego mira mis labios.

— Quizás pueda ayudar con eso — Se pega más a mí acercándose a mis labios — Dicen que un beso corta el hielo en cualquier cita — susurra en mis labios y asiento porque no sé que más decir, no quiero arruinarlo.

Su boca se pega a la mia suavemente, se siente calida, se siente suave, humeda. Sus labios me envuelven en un beso delicado que no está mal, pero...

— Tu boca sabe deliciosa, como a un dulce — ¿Qué debería decir? Su boca es suave pero estoy tan nerviosa que no sé a que me sabe.

No sé porque no tome las riendas del beso, es que ¿No quería besarlo mal?

— Creo que te deje sin palabras Mel, estás muda — sonrío y vuelvo a besarlo, esta vez soy más intensa, pero él no logra llevarme el ritmo y me acobardado manteniéndome en un beso suave, sus manos solo se quedan en mi cintura, no se mueven.

¡Ring! ¡Ring!

Nos separamos ante el sonido de su teléfono. El mira la pantalla y me mira a mí.

— Lo siento debo atender — Trato de no escuchar su charla, ya que sería de mala educación.

Me corro al pasillo donde veo la pista de baile. ¡Que ganas de bailar!

Tengo mucha sed además, mi boca se siente bastante seca, puedo escuchar la musica de la pista de baile desde aquí, es como si me llamara, como si fuera lo único que predominara en el lugar, la música.

— Lo siento — Derek se acerca y mira a todos lados. — Yo...

Lo miro esperando que me conteste, siento que se tarda una eternidad, solo me mira pensativo.

— Es que tengo que irme, surgió un problema familiar — lo miro preocupada.

— Oh no, ve tranquilo, no te preocupes por mí — sonríe apenado.

— De verdad lo lamento, espero podamos repetirla — asiento tranquila — De verdad lo siento Mel — se acerca, besa la comisura de mis labios y se marcha apresurado.

Lo veo marcharse y me quedo ahí parada en el lugar mirando todo a mi alrededor.

Camino a la pista de baile como en estado automático.

Relamo mis labios al sentirlos secos y una sensación súper placentera se genera al hacer esa acción, lo repito y de nuevo la misma sensación, se siente tan bien.

La musica me da ganas de bailar, de moverme, solo me gustaría tener un compañero de baile que me tome de la cintura mientras bailamos, que con el calor de sus manos me haga sentir la música.

Solo...

— Lo siento — escucho esa voz, esas palabras y tropiezo, pero no caigo.

Solo siento un calor que se expande desde mi brazo a todo mi cuerpo y de mi cadera a todo mi cuerpo.

— Lo siento Mel, te juro no fue a proposito — Miro a Adriel que me sostiene.

Sus manos emanan tanto calor que inclusive a través de mi ropa parece que quemaran.

Se separa de mi y una ganas de empedirlo me invaden. Sin contar su perfume, huele demasiado rico y las ganas de enterrar mi cara en su cuello para sentir más ese aroma.

¡Oh por dios! No.

¿Qué diablos estoy pensando? Parezco ebria.

— Perdón, no quise incomodarte — Va a alejarse de mi, pero no quiero.

De verdad no quiero.

Maldito idiota que me da mala suerte, si no me la diera sería tan perfecto.

¡No, no no! Estás son las cosas que jamás debo pensar.

Ya hablamos del tema, Adriel es un niño.

Si, es un niño... aunque si se ve como hombre y uno... bastante interesante.

Si es verdad, ¿Por qué siempre evitamos mirarlo?

Porque esta demasiado bueno para tener 18 años.

— ¡Adriel! — se gira y sus ojos brillan.

Sus ojos parecen como agua, son celestes, verdes, tiene un color demasiado lindo.

¡Maldición! El amuleto de la mala suerte tiene unos ojos hermosos.

¿Y su boca la viste?

Si, ya la vi. Carajo.

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