Fabrizio
—¿Estás seguro de que esta es la forma en que quieren pasar su luna de miel? — preguntaba Damián mientras caminábamos por los pasadizos debajo de la ciudad.
Toda la boda en sí había sido agotadora para mi amor. Debía calmar mi paso, que ella era una humana, que estuvo bajo un hechizo especial, pero seguía siendo humana. Esa noche, Margarita cayo agotada y yo pasé la noche viéndola. Observando el anillo que ahora estaba en su dedo, su vestido de novia, que yacía sobre uno de los sillones, y todos los detalles que hacían que mi amor fuera mi amor.
Margarita había quedado completamente estupefacta con ciudad Ónix. Sabía que iba a ser un gran cambio: el ruido, la cantidad de información, tantas cosas por ver la habían perturbado, y supe que esto era lo que más quería conocer. Celeste había mencionado el lugar antiguo y, tanto mi esposa como yo, compartíamos la curiosidad por lo desconocido. Mi esposa…sentía que podía perder la razón solo de pensar en que, en efecto, ella era mi e