Nuevas mentiras.
Alicia.
Voy rápidamente a la clínica, Amelia, la esposa del tío Simons me acaba de avisar que el tío fue ingresado con mucho dolor. Dejo a los niños con la niñera y salgo de prisa. Al llegar miro a Amelia.
—¿ Cómo está? Pobre tío , trabaja demasiado.
—Está siendo tratado. Yo le insisto en que debe retirarse un tiempo pero él no oye argumentos. Es tan necio.
—Tal vez ahora sí decida poner atención. ¿ que dice el médico?
—Dice que no entienden la razón de su dolor abdominal.
—Pero , ¿y los análisis? ¿ que dicen?
—Todo sale bien. Yo tampoco entiendo. ¿será acaso por… ?
—¿ Qué? Dime por favor Amelia, ¿ hay algo más?—parece afligida.
—Tenemos problemas. ¿Sabes algo? Él y yo …él y yo estamos teniendo problemas, creo que nos vamos a separar. No sé si eso sea la razón de sus malestares y por eso son esos dolores inexplicables.
—Oye, lamento mucho eso. ¿ No tienen manera de solucionarlo?
—No. Es definitivo —hace gesto triste.
—Cuanto lamento esto. Pero el tío tendrá que entenderlo. C