«Ate, perra, me dejaste sola, vuelve a la mansión de inmediato, hay una invitada inesperada».
Ella frunció el ceño confusa, mientras Lenox conducía. Tecleó una vez más en la pantalla para responderle a su amiga.
«Ya estoy de camino, pero, ¿Puedes decirme quién es?».
Pronto su teléfono vibró con la r