—¿Acuerdo? —él parecía confuso.
—Sí, un acuerdo donde estipulaba que no nos inmiscuiríamos en la vida del otro por ningún motivo o circunstancia —declaró ella, mientras Valentino cerraba los ojos brevemente, conteniéndose de explotar—. Por lo tanto, ya que él tiene la desfachatez de traer a su amant