Eva.
–¿Qué tu qué? – él se aleja y me mira preocupado, no parece molesto ni mucho menos, solo consternado por la bomba que acabo de soltar.
–Estoy embarazada, bueno eso creo, la verdad es que no lo sé – me quito el sudor de la frente.
–¿Y qué haces aquí si no lo sabes? Eva, estás bebiendo alcohol.
–Podría no estarlo – levanto los hombros tratando de restarle importancia al asunto.
–Pero podrías si estarlo – frunce el ceño y me agarra de la mano.
–Por favor no me mires asi.
–¿Asi cómo?
–Como si estuviera invalida o como si te acabara de decir que tengo una enfermedad terminal.
Él suelta un suspiro – creo que deberíamos salir de aquí, si quieres puedo llevarte a casa, o podemos ir a un lugar más tranquilo