Si hubiese dicho esto anteriormente, habría creído que era mentira, pero, en el lugar donde me encuentro y sabiendo como llegué aquí, sé que no está bromeando. Sin duda, los ricos tienen una forma extraña de molestar.
— Señor Every — digo intentando calmarme y hablar de una forma que no ofenda al hombre que fácilmente podría hacerme suplicar clemencia.— Te escucho, Adhara. — dice el señor Every mirándome de una forma que no logro entender.— Hablemos de una forma que nos podamos entender.— Creo que eso era lo que estábamos haciendo, pero, si no fui claro con lo que quería, me disculpo y le volveré a decir de una forma que pueda entenderme. Adhara, teniendo en cuenta lo que hemos vivido los dos, quiero que nos casemos — dice el señor Every y yo suspiro profundo.— Ese es el problema. Yo no quie