Dos camionetas blindadas se detuvieron fuera de una fábrica abandonada, de la primera descendió Hades, Baltazar y Alma, de la segunda Stefano Zabet, y Mateo Zabet
— ¿Estan seguros de querer hacer esto? no es necesario. — les aseguro Hades, más que nada a Mateo, la única vez que el reconocido arquite