Capítulo 45. Eternamente
Enzo llega en la madrugada a la mansión, lo reciben con cordialidad los trabajadores y este se limita a asentirle. El mafioso solo quiere estar con su familia, camina a paso rápido hacia su habitación e ingresa en silencio, sin embargo, le toma por sorpresa encontrarlos despierto.
—Enzo, —la humana sale de la cama con su bebé en brazos, el mafioso los abraza y besa su frente.
—Pequeña, ¿Qué hacen despiertos a esta hora? —interroga, Liam lo mira mientras balbucea con mucha alegría y estira sus brazos hacia su padre esperando que lo cargue.
—Creo que este pequeño sabía que vendrías y me despertó, —responde.
—Buen chico, —acaricia la mejilla de su pequeño.
La pequeña familia comparte por un rato, Mia deja a sus hombres despierto y se duerme bajo la supervisión de ambos, Enzo se encarga de Liam logrando que se duerma para poder ducharse y entrar a la cama con ellos.
(…)
Cuando Adriano despertó, lo hizo envuelto en los brazos de Donato,