Se convirtió en una mujer...
Estevão
Me desperté temprano el sábado y me senté al borde de la cama, con una camiseta blanca y un pantalón de chándal. Mis ojos, bajos, estaban fijos en el suelo de mi habitación. Aún me sentía frustrado, tratando de asimilar la decepción que había sido mi noche anterior.
Pasé la mano por el rostro y luego por el cabello desordenado, recordando cuánto me había esmerado en preparar una cena romántica y perfecta en mi casa. El hecho de que mis padres siempre estuvieran de viaje facilitaría un encuentro con Bárbara allí. Llevábamos casi cuatro meses saliendo. En ese tiempo le había pedido que fuera mi novia dos veces, y esa cena sería mi tercera tentativa.
La mesa del comedor estaba puesta con elegancia. Cubiertos, copas de vino y de agua. Un aroma delicioso salía de los platos ya servidos. Alice, nuestra empleada de toda la vida, daba los últimos toques al ambiente, acomodando todo con cariño.
—Está todo perfecto, Estevão. De verdad. Esa muchacha va a quedar encantada. Y va a decir qu