Juego del deseo...
Alexandre
Bajé al apartamento de mi amigo Pedro, poco después de las ocho de la noche. Pedro vivía dos pisos debajo de mi ático. Antes de que abriera la puerta, ya se escuchaban disparos virtuales y gritos emocionados que salían del apartamento. Cuando entré, vi a Estevão hundido en el sofá con un control de videojuegos en las manos.
—¡Toma esta, desgraciado! —gritó Estevão, celebrando como si estuviera en una guerra de verdad.
Pedro se acercó a mí con una cerveza en la mano. Nos sentamos alrededor de la barra del pequeño bar que tenía en su sala. Mis dedos golpeaban impacientes la botella mientras observaba, con algo de aburrimiento, a Estevão jugar.
Mi mente estaba unas horas atrás, cuando escuché a Jaqueline mencionar el nombre Caio y finalmente pude ver quién era ese “amigo”. No había rival ni romance alguno.
—El mundo es un pañuelo. Esa morena del karaoke terminó siendo tu asistente. Y tardaste mucho en contármelo, canalla.
Después de contarle toda la historia a mi amigo, sabía q