Dos semanas después...
Petra se estaba preparando para salir con su esposo, iban a la boda de la prima de Bryan. Llevaba unos minutos frente al espejo, volteándose y admirando su vestido. Su cabello estaba suelto y con algunas ondas, era simple, pero elegantemente hermosa. De repente, escuchó el ruido de la silla de ruedas motorizada de Bryan acercándose.
— ¡Vaya, luces increíble! — dijo Bryan, mirándola de arriba abajo.
Petra sonrió, complacida con el cumplido.
— Gracias. Quería lucir muy bonita para ti hoy. — dice ella sin dejar de estar avergonzada, a Bryan le encantaba cuando se sonrojaba.
Bryan siguió admirando la belleza de su esposa en el vestido mientras se acercaba a ella.
— ¡Eres tan bella! Soy un hombre afortunado de tenerte a mi lado. — dijo, con una sonrisa en su rostro.
Petra sintió que su corazón se calentaba ante las palabras de Bryan.
— Tú también te ves increíble, y soy muy afortunada de tenerte a mi lado. — dice ella sonriendo.
Bryan detiene su silla junto a Petra y