POV : Aslin Ventura
Abrí los ojos lentamente, con la mente aún envuelta en niebla y el cuerpo tan pesado como si mil cadenas me sujetaran al colchón. La habitación estaba en penumbra, y el aire tenía un olor espeso, mezcla de humedad, sangre y perfume barato… el de ella. Sentía los párpados hinchados, pegajosos, como si hubiera llorado durante horas. Quizá lo hice. Ya no lo sabía. Todo era un caos.
—¿Se encuentra bien, señora? —preguntó una voz temblorosa cerca de mí.
Giré el rostro con lentitud. Era una de las sirvientas, la más joven. Tenía los ojos llenos de miedo. Seguro había visto todo. O tal vez solo le bastaba con ver mi cara para entender que ya no quedaba nada de la mujer que alguna vez fui.
Negué en silencio. No dije una palabra. Ni una sola. ¿Para qué? ¿Qué sentido tenía seguir hablando si ya no tenía voz, ni alma, ni esperanza? Mis labios se sellaron como si fueran parte de una máscara rota. Solo lloré. Lágrimas mudas, constantes, dolorosas… como el vacío que se había in