POV: Aslin Ventura

El frío del cañón del arma contra mi sien me hacía temblar de pies a cabeza. Sentía la piel helada, el corazón golpeando con tanta fuerza que parecía que iba a desgarrarme el pecho. El hombre me apretaba el cuello con una mano, su respiración era pesada, llena de odio. Yo apenas podía respirar.

Las lágrimas me nublaban la vista, pero aun así lo vi. Allí estaba él. Carttal.

De pie frente a mí, con los ojos encendidos de furia, como si el mundo entero pudiera arder en ese instante solo con su mirada. No se movía, no decía nada, pero su presencia era tan fuerte que me sostuvo cuando sentí que iba a derrumbarme.

—Ni un paso más, Azacel —gruñó el hombre, apretando más fuerte el arma contra mi cabeza.

Yo solté un gemido ahogado. Mis manos estaban atadas, mi cuerpo adolorido, y el miedo me oprimía el pecho. Pero al ver a Carttal ahí, frente a mí, una chispa de esperanza me recorrió.

Él levantó despacio las manos, con la mandíbula tensa.

—Está bien… —dijo con voz grave, que