ANDREA
—¿Tú qué haces aquí?
Ignoro por completo al niño cascarrabias. Me ajusto el cinturón de seguridad al lado del chófer, luego me giro y miro a Alexia, le guiño un ojo y ella me sonríe, no cuestiona nada de lo que hago.
Antes de subirme al auto, le comenté a Hilda que acompañaría a los mellizos a su colegio, ella rehusó el hecho de que yo hiciera eso, puesto que al señor no le agrada que lo desobedezcan. No desistí en mi idea de acompañarlos y por eso estoy aquí sentada en el asiento de enfrente.
El hombre a mi lado se aclara la garganta y ve de reojo el espejo retrovisor, luego dirige su mirada hacia adelante.
—¿Listos? —pregunta.
—¡Sí! —Alexia grita.
—Ya es hora —respondo viendo mi reloj.
Axel no dice nada, y en todo el camino se queda en completo silencio. El trayecto es algo largo, tienen que salir de casa antes de las 7:30, para estar 15 minutos antes en la puerta del colegio.
Teo detiene el auto en la entrada de la puerta del colegio, sale del auto y abre la puerta de atrás