Charlotte fue dada de alta. Había pasado una semana desde que había despertado y Damián estaba a su lado. No estaba muy contenta de ir con él, ya que no lo conocía o al menos su mente no procesaba algún recuerdo de este todavía. Pero otra parte de ella le decía que era bueno y nada le pasara. Subieron al auto, sin decir una palabra. Damián comenzó a conducir hacia su casa con Charlotte nerviosa, algo que era normal en el comportamiento de la chica.
— ¿Cuál es su nombre? —preguntó nerviosa.
— Damián Walter —respondió, con la vista al frente.
— ¿Hacia dónde vamos? —indagó, con voz preocupada.
— Vamos a nuest