— Veo que tienes bastantes agallas —dijo Harry, acercándose a él, sin temor alguno.
— ¿Dónde está Charlotte? —preguntó, sin rodeos.
— Tu ex- sumisa está esperándome desnuda en la habitación. Ahora entiendo por qué la amas tanto. Es tan candente en la cama y tan inocente —frunció la frente, y miró a Damián con aire de superioridad—. Sabes, siempre tienes a las mejores sumisas contigo, eso es algo que me tiene realmente fascinado
— Eso es mentira, tú la obligaste a hacerlo contigo a la fuerza. Eres asqueroso. ¿No te cansas de joderme la vida Baker?
— Sabes que me encanta todo lo que tienes y Charlotte no es la excepc