51. Ella es historia para mí
Charlotte esperó a que su amiga terminara de arreglarse, en cambio, fue a su dormitorio, encontrándose con Michael, hurgando entre sus cosas.
— Te dije que no podías tocar mis cosas, Michael —dijo la humana, cerrando los ojos un momento—. ¿Qué miras?
— Tus dibujos —Michael seguía sentado en el piso—. Son hermosos, ¿me puedes dibujar a mí?
— ¿Quieres que lo haga? Sabes que puedo hacer cualquier cosa por ti —sonrió, sentándose a su lado—. Ahora que estoy más tiempo en tu casa, puedo hacerlo y luego haremos que tu padre nos ayude en eso.
— Papá no lo hará, no le gustan las fotos —dijo Michael, haciendo un puchero—. Contigo, es diferente. A mí me gusta tu olor, también sé que siempre estarás conmigo y papá se nota más feliz que con mi mamá.
— ¿Por qué no te gusta hablar de tu mamá?
— Mi madre es una mujer mala, se fue una noche y nunca volvió —dijo Michael, jugando con sus dedos y mirando los dibujos—. Por eso es mala, tampoco ha ido a buscarme y no quiero que lo haga de todos modos —se e