Char no encontró qué decirle al alfa, simplemente se quedó más tiesa que una mula. Damián se veía tan imponente desde donde se encontraba, un hombre como él que el día anterior estuvo con ella teniendo sexo en un yate.
— Creo que es un error —respondió la chica sonrojada—. Mejor me voy.
— No, no te irás —el alfa la tomó del brazo—. Michael, ve con tu abuela y dile que te prepare algo de comer. En un momento bajamos.
— Papá, quiero quedarme con mi mamá. Es mi turno y tú dijiste que…
— Sé lo que dije, ahora vete con tu abuela y no vuelvas a interrumpirme cuando hablo —habló con serenidad—. Es cosa