Ya está, lo he dicho. Llevaba toda la tarde pensando en eso. Desde que pensé que a los gemelos les podía suceder algo, no he podido quitarme el cargo de culpabilidad de encima.
Si algo les llega a haber sucedido, no sé qué hubiera hecho.
Miro a Alex y tiene los ojos clavados en mí, abiertos de par en par y con un aspecto melancólico.
- Nerea, ¿de qué me estás hablando? –me hace la pregunta, pero no me da tiempo para contestarla- no puedes estar hablando en serio ¿verdad? No puedes renunciar
- Alex, no lo entiendes, puse a los pequeños en peligro ¿y si algo hubiese pasado? Este es mi trabajo y lo he hecho fatal. Es la vida de dos bebés, de tus bebés, con eso nada me puede salir mal
- ¿Te has vuelto loca? Los gemelos han tenido varias niñeras y ninguna, escucha bien, ninguna los ha cuidado como tú, ni les ha brindado la atención que tú. Era imposible que supieras que tu padre se iba a aparecer ahí en casa de tu madre, es lo mismo que si los hubieses sacado a dar un paseo y te lo hu