—Lo sé, Winnie. Lo sé.
Antes de que pudieran decir más, la risa de William y el bullicio de los demás llegó desde abajo, recordándoles que el día no podía detenerse. La familia, aunque unida por los desafíos, seguía adelante con el mismo amor y alegría que siempre había sido su base.
Winnie se apartó ligeramente de Benjamín, y, con una sonrisa tranquila, añadió:
—Vamos, no dejemos que esto nos arruine la Navidad. Emma y William nos están esperando.
Ambos salieron de la habitación y bajaron las escaleras.
—¿Todo está bien? —le pregunta Sara mientras acomoda la fruta en una canasta.
—Si. Solo fue un momento incomodo. Gracias por cuidar a los niños en lo que estaba arriba.
—Que dices...no es problema, para algo somos amigas.
—¿Estás bien, hermano?—pregunta Manu a Benjamin mientras lleva más bebidas para los invitados.
—Si...esa mujer no debió aparecer por aqui y menos para pedir dinero.—le responde Benjamin, mientras saca más carne para el asado.
—Esperemos que no vuelva por aqui.
La cas