Capítulo 1

Las Vegas, Enero de 2021.

27 años despues...

                                                                          

 Jameson...

Había una chica de grandes pechos observandome desde la parte norte de la mesa, sonreí guiñandole el ojo sin importarme la mujer sentada a mi lado, ella, lamió su labio inferior en una clara invitación, llevaba más de veinte minutos coqueteando. Tomé los dados de la mesa y Kate, se apretó a mi traje de siete mil dólares, haciéndole arrugas, plenamente consciente del coqueteo entre la rubia y yo, mi ego se vanagloria ante su marca de posesión, pero algunas veces mi ego y yo no nos llevamos muy bien; así que, me removí haciendo que se separara de mí, ella entrecerró los ojos mientras le di mi sonrisa cínica.

Ni siquiera entendia el sentido de su molestia, ella sabía perfectamente cuál era su lugar en mi vida.

—¡Vamos, baby, tú puedes, amor! —susurró en mi oído y yo  besé los dados antes de lanzarlos; como en una sucesión en cámara lenta, los vi en el aire… cayendo sobre la mesa, mostrando claramente el doble seis que necesitaba. 

En estos momento el mundo era mío.

—¡Sí! —grité con algarabia, mientras Kate besaba mi mejilla. La emoción por haber ganado recorriendo mis terminaciones nerviosas, me hizo olvidar  a la rubia, y el negocio que hoy se habia ido al caño, con una sola noche de juego, había recuperado el 80% de lo que había perdido. amaba ganar, amaba el poder, amaba el dinero. sobre todo amaba la sensación de quitarles dinero a los viejos estirados era más potente que una línea de la más pura cocaína.

—¡¿Quién es el cabrón que cree que puede vencerme?! —Señalé a todos los hombres en la mesa, vi a la rubia sonreír para mí, probablemente no requeriria los servicios de Kate esta noche, en ocasiones me gustaba variar la compañia en mi cama, acababa de echarme al bolsillo ochenta mil dólares… Y no hay nada que atraiga más a una mujer que un hombre con dinero.

—Eres un rey, James, el rey de los juegos, hermano. —Jackson palmeó mi espalda con fuerza, demasiado "feliz" para solo estarlo porque habia recuperado la inversión.

 Del tipo que se ha metido tres líneas de coca y no me ha invitado.

No es como si no tuviera los medios para conseguir mi propia m****a.

—Somos los reyes del mundo, James. —Rio—. Tú, yo y estas bellezas. —Lo vi apretarle el culo a Sasha, su acompañante de turno, la chica intentó no hacer ningún gesto pero noté cómo se tensó ante la brusca caricia… Con Jackson todo era así, el tipo estaba malditamente loco, pero no habia nadie más en el mundo a quien le confiaria mi vida.

Conocí a Jackson Hall en la en la escuela, cuando tenía seis años y desde ahí ha sido una garrapata en mi trasero. El hijo de puta era un vago, hijo uno de los socios de mi padre… Jack y yo éramos exactamente iguales, como si la misma madre nos hubiese parido. Nos gustaba el alcohol, la fiesta, el dinero y en algunas ocasiones nos esnifábamos unas cuantas líneas, compartimos mujeres sin ninguna vergüenza o cargo de conciencia.

Todas, menos Katherine, o Kate como me gustaba llamarla, ella era mía, la conocí cuando cuando era un niño, había sido su primer berso, su primera vez, ella era mía, de mi propiedad y Jackson sabía que si osaba si quiera mirarla, le colocaría las putas bolas de corbata.

Atraje a mi mujer hacia mí y dejé que mis labios devoraran los suyos sin ningún tipo de dulzura… ella sabía que las cosas conmigo eran de esa manera, solo estuvimos separados un año, por un error suyo, pero una vez se deshizo de su carga, volvimos como si el tiempo no hubiese transcurrido.

Estar con ella era cómodo y fácil.

—Lo somos, hermano. —Coloqué mi mano en su hombro.

—¿Vamos al bar? —Arqueé una ceja en su dirección—. ¡¿Qué?! Acabas de ganar  ochenta mil dólares, necesitamos un trago.

—Celebración… —Ronroneó Sasha.

Asentí encaminándonos hacia el bar, las mujeres pidieron cocteles, Jackson optó por un whisky, yo preferí un brandy, mientras tomaba el licor miré a mi chica, el vestido rojo a medio muslo que llevaba hacía que sus curvas fueran más pronunciadas, incluso, hacía que sus pechos se vieran más grandes, quería llevarla al tocador y tomarla contra el espejo, pero necesitaba una raya antes.

Observé alrededor del casino, quizá podría encontrar a uno de mis chicos aquí.

No era un drogadicto, ya no lo era, pero consumía en algunas oportunidades, cuando sentía que el mundo estaba en mi contra. Pero la coca no regía mi vida.

Las mujeres se disculparon para ir al aseo y yo me concentré en el vaso frente a mí.

—Quiero otra ronda —dije a Jackson una vez terminé mi bebida.

—¿Qué quieres jugar ahora, cabrón? ¡El mundo nos pertenece! —Mi amigo parecía un niño de cuatro años con una sobredosis de azúcar.

—¿El mundo nos pertenece? —me burlé—. ¿Cuántos años tienes, Jackson? ¿¡Qué demonios te metiste!?

él sonrió como el gato que ha tragado un jodido canario.

 —Daddy está distribuyendo mercancía nueva y me dejó una muestra gratis, cuando fui a verlo antes de encontrarnos en el aeropuerto. Pensé que sería buena para seguir con el negocio, la coca es buena, pero esta es nueva y el subidón que te da es…—Pasó la mano por su nariz y sacó una bolsa de su bolsillo llena de cristales azules, miré hacia ambos lados buscando a quien nos estuviera observando, pero cada quien en el casino estaba en lo suyo.

—¿Eres estúpido o te dejaron caer de bebé?, guarda eso —Coloqué mi mano sobre la suya y entrecerré mis ojos hacia él—. ¿Quieres que alguien nos vea?, ¿que alguien descubra nuestro negocio oculto?

—No te preocupes. —Golpeó mi hombro—. Nadie nos ve. —Miró alrededor y sorbió su nariz—. Es pura, Jameson, y tengo suficiente para los dos… También hay nieve. —metio la mano en su otro bolsillo pero agarré su muñeca antes de que sacara lo que se que fuese a sacar.

—¡Jackson!—Las chicas regresaron, Kate automáticamente se colocó a mi lado, mientras observaba a la rubia en la mesa de póquer…

La territorialidad en ella me ponía… mucho.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo