Julia guardó silencio, apretando los labios, con cierta inquietud en su corazón.
Esa noche, Julia tuvo problemas para dormir. Sacó su nuevo teléfono y miró la fecha: 22 de diciembre.
En dos días más sería el cumpleaños de Pilar, el mismo día en que Andrés y Alicia celebrarían su boda.
¿Después de ese día, Pilar y Alicia finalmente estarían tranquilas?
Julia pensó distraídamente antes de quedarse dormida.
Al día siguiente, el amanecer se filtró por la ventana.
Julia escuchó a Bianca despidiendo a Rodrigo.
Cada mañana a las seis, Bianca acompañaba a Rodrigo hasta la entrada del pueblo y luego iba al mercado a comprar.
Julia, ya despierta, no pudo volver a dormir.
Se puso un vestido blanco sencillo, abrió la puerta de la planta baja y comenzó a barrer, limpiar los armarios y las mesas...
De repente, unas manos ásperas la abrazaron por detrás.
Julia se sobresaltó y se dio la vuelta.
¡Era Juancho, el soltero del vecindario que vendía cabezas de cerdo!
Con una sonrisa lasciva en su rostro gr