La mate prohibida del alpha.
La mate prohibida del alpha.
Por: SowAlexis
CLARISSE BLAFWOOD

La fría brisa del invierno feroz azotaba mi rostro con dureza, el sol estaba posicionándose en lo más alto como de costumbre, brindándonos una cálida pizca de calor. Correr todos los días a la misma hora, era sin duda la mayor disciplina de las cazadoras de la orden del dragón dorado. Mantenernos en forma era como nuestro pan de cada día, como líder, era responsable del entrenamiento constante de las nuevas y antiguas integrantes. me seguían en fila, mientras aprovechamos el espeso bosque como una especie de campo de entrenamiento. La cuesta arriba hasta la cascada era el camino con más dificultad, pero valía la pena por la increíble vista que ofrecía.  

—¿Clarisse? —me llamo una de mis novatas, me giré a verla y elevé mi ceja a modo de interrogación. —, ¿Falta mucho? Estoy muy agotada, comienzo a marearme.

—¿Agotada? No llevamos ni la mitad del camino, Mónica. —respondo—, ¿Cómo es que quieres ser cazadora? Con esa condición física, no podrías cazar ni a un ciervo. —acuso y sus compañeras ríen, no pretendía humillarla delante de todas, pero de esta manera se forja el carácter. Baja su mirada avergonzada y continúa el camino rocoso hasta la cima de la cascada.

El ruido que se producía cuando el agua de la cascada impacta contra las rocas era relajante, la mejor parte de llegar hasta lo más alto de la montaña, era sentarse en el césped y cerrar los ojos. Disfrutando del agradable olor del rocío en las plantas y claro, el sonido del arroyo.  Los recuerdos de mi infancia venían a mi mente como pequeños flashes, inundando mi cabeza con amargas imágenes. Mi madre, la gran cazadora Clarisa Fleischer, me educó y entrenó para volverme la mejor de mi clase. Desde niña fui sobresaliente en todas las actividades de la academia, además de volverme un ser frío y sin sentimiento alguno, la crianza de mis padres no fue exactamente cariñosa, fue todo lo opuesto. Pero no podía quejarme, gracias a ellos, me volví la líder de la orden sagrada. No hay mayor honor que ese y ellos sin duda alguna estarían muy orgullosos de mí, claro, si estuviesen vivos.

Salgo de mi ensoñación al escuchar un gemido de dolor, giro en dirección de donde proviene y veo a un lobo gigante atacar a una de mis estudiantes. Me levanto de un salto y apoyándome en mis piernas, tomó el arco y adjunto una flecha, apuntó a su pata izquierda y disparó inmediatamente, colocando otra flecha, disparó a su otra pata y al escuchar su aullido adolorido, me acerco a él, de mi muslo de la cinta que llevó, saco mi daga de plata y la incrustó justo en su corazón. Su pesado y peludo cuerpo cae ante mí.

—Quiero que me expliquen, ¿Dónde carajo dejaron todo su entrenamiento? —preguntó con voz ronca—, ¿Iban a permitir que esa bestia matara a su compañera? ¡Es inaceptable que no la hayan ayudado! —refuto y las miro con determinación, no es posible que tenga a unas inútiles a mi cargo.

—Líder, nosotras…—intento decir la chica floja, Mónica.

—Ustedes nada, son unas inútiles inservibles. —respondo seca—, Esa bestia pudo haber matado a su compañera Lily. ¡Van a bajar la cima y la volverán a subir ocho veces! Y al llegar a la academia, van a entrenar hasta que sus piernas flaqueen del cansancio. ¿Entendieron? —termine alzando la voz, todas asintieron bajando su cabeza.

Después de verlas subir y bajar la cima las ocho veces, regresamos a la academia. Traía arrastrando el cuerpo lobuno, sería otro reconcomiendo para mi ante la corte de superiores. Las chicas estaban agitadas y sudadas, se veían muy cansadas. Pero lejos de sentir pena por ellas, las envié con Hunter, quien las enseña cómo defenderse de las bestias y cómo matarlos claramente.

—Te la encargo, son unas inútiles. —comentó al entrar al salón de entrenamientos especiales, donde hay algunos hologramas que funcionan como simuladores de la realidad. —, Hoy en nuestro entrenamiento físico, fuimos atacadas por un lobo y no supieron qué hacer. ¡Eso es inadmisible! ¡Hazlas sufrir! ¿Entendido? Hasta que sus piernas no tiemblen, no quiero que dejen de entrenar.

—Entendido, líder—responde el muchacho mirándome con temor. Me gusta ser temida por la gran mayoría de la academia, el respeto que me tienen es justo por lo que trabajo duro todos los días.

Salgo del salón y caminó a paso rápido hasta mi habitación, tomo una intensa ducha por una larga hora y me visto con mallas negras, una sudadera y mis botas militares. Ato mi cabello en una coleta alta y suspiro con tristeza al ver la cicatriz que tengo en mi pecho, la garra de un alfa reposa en mí, dibujando un relieve de exceso de piel. Hace años, defendiendo a mis padres, del alfa de la manada Moonlight, quede marcada para siempre, pero ese dolor no fue comparable con el hecho de verlos morir frente a mis ojos. 

Salgo por los pasillos y me siento observada por todas las alumnas y algunos alumnos. Entró a la biblioteca y me detengo justo en el pasillo de libros de lobos. Me gusta estudiar su anatomía, de esa manera es más fácil saber dónde atacarlos. Saber sus debilidades y por supuesto puntos claves, tomo dos libros y me siento en una mesa. El sonido de la silla rechinando al ser movida me saca de mi concentración, levanto mi mirada y me encuentro con Aly.

—¿Qué? —pregunto de mala gana, el sonido aturdidor de la silla me molesto bastante.

—¿Así saludas a tu mejor amiga? —pregunta rodando los ojos y la miró mal—, ¿En serio? ¿Ni siquiera un “Hola Aly, que gusto saber que estás viva”?

—Sabía que volverías viva, tonta. —respondo restándole importancia—, ¿Olvidas quién te entrenó?

—Bla bla bla, solo eso sabes. Halagarte e idolatrarte, ¿Cómo es que somos amigas? Digo, no podría ser amiga de una narcisista y míranos, las mejores amigas desde hace años—divierte y le saco la lengua. —, ¡Bah, aburrida! ¡Te tengo que contar algo!

—Si es de tus aburridos, paso—respondo indiferente, mientras continuó la lectura.

—¿Acaso no eres humana? ¡Como puede ser aburrido el amor! ¡Todos necesitamos amor en nuestra vida! —responde exagerando, como suele hacer casi siempre.

—El amor, es solo otro sentimiento estúpido. El cual te recuerdo que nubla tu juicio. —refuto.

—¡No somos robots! Somos humanas, Clari. Tenemos sentimientos y no nos hace débiles el expresarlos—responde y ruedo los ojos.

—No me interesa eso, Aly—respondo encogiendo mis hombros—, Es muy mundano, no somos normales y lo sabes.

—¿Al menos puedes escucharme?  Para mi desgracia eres mi única amiga—reprocha y asiento, suspiró con frustración y la miró. Aly es la clase de chica que conoce al amor de su vida cada semana, por lo cual me aburre escucharla siempre hablar de lo mismo. ¿Qué tan importante puede ser un chico? No me imagino, enloquecida por uno.

—Habla ya, no dejes que me arrepienta—respondo cruzándome de brazos.

—Su nombre es Brandon, llegó hace unos pocos días de la academia del norte—cuenta y suspiro con resignación —, Ayer luego de volver de la misión, me invitó a comer. ¡Fue maravilloso! ¡Es fuerte, divertido y tiene una sonrisa resplandeciente! —cuenta y ruedo mis ojos mientras hago una mueca.

—¿Y qué es lo increíble de este chico? ¡Aly la semana pasada fue el mismo cuento solo que el protagonista se llamaba Julio! —respondo haciendo un ademán.

—¡Oye! Son chicos diferentes, claro que Julio tenía lo suyo, pero no era mi tipo no íbamos a funcionar a la larga y fue mejor cortar todo de raíz—responde y ruedo mis ojos, a este paso puedo quedar bizca por su culpa—, Brandon es diferente, cuando te guste alguien que no seas tu misma, lo entenderás.

—Eso no pasara, no tengo tiempo para estupideces. Además, mi trabajo es entrenar y dirigir a todas las chicas de la orden—respondo orgullosa—, No puedo permitirme perder el tiempo con chicos, eso no es algo que me interese.

—¿Acaso eres del otro equipo y no me di cuenta? —inquiere con delicadeza.

—Ahora que lo dices, sabes que sí, justo estoy enamorada de ti desde hace años—divierto y me saca la lengua con burla—, ¡No seas ingenua! El amor es la peor distracción, una vez que caes en ese abismo, o no sales o sales herida, así que paso.

 —¡Que profunda! —responde divertida y bufo—, ¿Acaso nunca has sentido que te falta algo? ¿Cómo una mitad? ¿Un complemento?

—Bah, me tengo a mi y esa querida amiga, es tenerlo todo—respondo orgullosa. — Claro que me siento incompleta, aún no vengo a mis padres.

—¿Sigues empeñada en eso, Clari? —pregunta con la mirada entristecida.

—Si y no pararé hasta acabar con ese alfa—respondo decidida y algo en su mirada me advierte que está sucediendo algo y no me lo ha dicho. —, ¿Qué ocurre?

—Es que… no sé cómo decírtelo. —responde alargando y rasca su nuca, está nerviosa y eso solo quiere decir una cosa, lo que está apunto de decirme no me gustara ni un poco. —, Clari, el alfa que mató a tus padres y te dejo esa cicatriz que tanto detestas, fue asesinado por Maximiliano.

 —¿Qué? ¡Eso no puede ser cierto! ¡Llevo meses cazándolo! —respondo tragando saliva—, ¡Ese idiota no pudo haberme quitado a mi presa! ¿Cómo es que paso? —pregunta desesperada.

—Ayer en nuestra misión, se sacrificó para proteger a su manada—responde y la miro mal, no puede ser cierto. Toda mi vida entrene exigiéndome el doble, motivada por el odio y rencor hacia esa bestia. —Lo siento mucho, Clar. Sé cuánto querías matarlo tu.

—¡Esto no puede estar sucediéndome! ¡Sueño cada noche con desgarrar su cuello! —exclamo con rabia golpeando la mesa—, ¡Ese idiota como pudo! ¡Lo odio!

—Cálmate, amiga—responde Aly intentando hacerme entrar en razón—, Todavía puedes vengar a tus padres…

—¿Cómo? ¿De qué hablas? —preguntó con interés.

—Al morir el alfa Moonlight, su hijo tomaría su puesto—responde—, Aun puedes matar al alfa, vengarías a tus padres y tendrías otro reconocimiento como la mejor cazadora de la orden. Solo piénsalo, no todo está perdido.

—Tienes razón, Adric Moonligh es mi nueva presa. —respondo orgullosa.

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