El reencuentro entre Camila y Nariel fue bastante intenso. La llevamos al edificio de oficinas que habíamos improvisado como hospital mientras el actual se reconstruía y nos llegaba la nueva maquinaria. Ya había pasado una semana desde que el pájaro había salido de peligro y se iba recuperando favorablemente. Los médicos y las brujas aún no querían darle el alta porque se encontraba bastante débil. Sin embargo, nada de aquello importó porque Camila se lanzó contra la cama nada mas entrar.
— ¡MI AMOR! — gritó mientras se abrazaba a él llorando — ¡Estaba tan preocupada..!
Nos fuimos para dejarles algo de intimidad, aunque Camila no era precisamente silenciosa y pudimos escuchar toda la conversación.
Después de dejarles una hora en la que se pusieron al día (y de paso, en la que nos enteramos de cómo habían llegado a la manada: Nariel era un prisionero de Laida después de haber escuchado una información que no debía. Sin embargo, él estaba dispuesto a hacerme llegar la información como