Capítulo 20.
AMARA CORTÉS.
Me ruborizo.
Agacho la cabeza y él no me permite que siga avergonzándome por ello. Con los dedos me levanta la cabeza para que nuestras miradas vuelvan a estar una frente a la otra.
Aaron es todo lo contrario a lo que creía cuando mi abuelo me contó que estaba un heredado en mi. Esperaba a un imbécil, prepotente y cruel. Él me ha sorprendido para bien, mejor de lo que me gustaría.
— ¿Tienes algún plan o es qué eres así de verdad? —Pregunto arrancándole una amable sonrisa.
— Soy así. —Responde— Supongo que no se me da bien ser egoísta.
— Me estás pidiendo que bese a Liam. —Recalco por si no ha sido consciente de lo que acaba de decirme.
— Lo sé. No me respondas como si no fuera consciente de ello. —Su tono me hace fruncir el ceño. Idiota.
— Y tú no hables como si no te entendiera.
— Perdona, no sabía que tenía que hablarte como si lo hicieras. —Rio. Lo empujo y entorno los ojos.— Ahora te molestas.
— Pues no.
— ¿Y por qué esa cara entonces?
— Porque no tiene lógica