La doctora les dio un momento antes de acercarse, le dio a Lexie su tarjeta para controlar un poco el temperamento y atender lo que se conocía como ataques de pánico. La madre de Lexie se había preocupado demasiado pro si mal temperamento, al principio lo achacó a la edad, y la justificó. Todos los niños hacen berrinches, pero, conforme crecía entendido que su hija era tan rabiosa como ella. Entre sus listas de prioridades estaba atender ese pequeño defecto de su hija, sin embargo, la arrancaron muy temprano de sus brazos y quedó pendiente.
Recuerden dejar sus reseñas en el inicio del libro y las cinco estrellas.