Asher se había esforzado demasiado en secuestrar a Berrocal y a su esposa. Había tenido que ponerles a dormir a todos en tierra, primero a los navíos que les esperaban para proteger a los mafiosos más importantes de la ciudad. Asher estaba seguro de que Lexie y Berrocal no sabían cuán poderosos eran todavía y eso le había facilitado demasiado el trabajo. Berrocal despertó y vio a Asher sentado sonriéndole. Berrocal se quedó quieto mirándole y se revisó la ropa, no tenía faja, solo ropa interior, a su lado estaba Lexie la cual estaba amarrada viéndole.
—Cúbrela.