Capítulo 109. ¡Somos inocentes!
—¿Benedict, qué significa esto? —pregunta Alessia entre lágrimas, con la voz quebrada.
Él no responde. Ni siquiera la mira.
Una de las enfermeras le sujeta el brazo con firmeza y le introduce una aguja para extraerle sangre. La otra, sin miramientos, le levanta el vestido y le aplica el gel sobre el vientre, preparando el ecógrafo.
—¿Para qué me quitan sangre? —pregunta Alessia, mirando con pánico a todos a su alrededor.
—Es para la prueba de ADN, señorita —responde la enfermera con tono profesional—. En dos horas estará listo el resultado.
Alessia gira bruscamente la cabeza hacia Benedict, con los ojos como platos.
—Pero ya hicimos la prueba… tú viste los resultados. Mi hijo es tuyo. ¿Por qué vamos a repetirla?
Intenta incorporarse, pero Benedict apoya una mano pesada sobre su hombro, manteniéndola en la camilla.
—Tranquila —dice él en voz baja. Pero su tono no es dulce ni reconfortante, es una advertencia pura.
—Benedict… —solloza Alessia—. Quiero esperar a que llegue mi mamá.
El do