Capítulo 108. Quiero saberlo todo
Benedict marca el número de Blas. La llamada no tarda en ser atendida.
—Recoge a Alessia del hotel Central —ordena sin preámbulos—. Llévala a la clínica del doctor Fuentes. Quiero que la atienda él mismo. Nadie debe tocarla antes de que yo llegue. Quiero verlo todo con mis propios ojos.
—Ella se va a negar, jefe. ¿Qué debo hacer entonces?
—Llévala, no importa que se niegue. Dile que son órdenes mías. Estaré allí dentro de unos minutos.
—De acuerdo, jefe. Con respecto a sus padres… ya están en el depósito. ¿Quiere que nuestros hombres hagan el trabajo?
—Que no se les pase la mano. Quiero encargarme personalmente de ellos.
La llamada se corta. Benedict guarda el celular en el bolsillo interior de su saco, pero al hacerlo, sus dedos rozan la pequeña caja de terciopelo. Se detiene por un instante. La acaricia con el pulgar. Una sonrisa leve aparece en su rostro. Luego se gira y sale de la oficina.
—Lucinda, hoy no regreso a la empresa. Encárgate de los asuntos más importantes y mándame al