Capítulo 89. Podrías ser libre
Isabella ignora el primer mensaje. Lo borra sin siquiera responderlo. No quiere arriesgarse a que Benedict vea algo que pueda enfurecerlo. Pero apenas guarda el teléfono, otro mensaje entra. Y luego otro más. Su corazón late con fuerza al sacarlo de nuevo y ver el nombre de Bruno nuevamente en la pantalla.
“No tienes por qué seguir soportando a Benedict. Si él no es capaz de protegerte, yo sí puedo. Solo tienes que pedírmelo. Puedo ir al clan y reclamarte. Librarte de sus garras.”
Isabella traga saliva, incómoda. La intensidad de sus palabras ya no suena protectora, sino sofocante. Por más que la ayuda con el vestido y el spa hayan sido un gesto noble de su parte, esta insistencia es demasiado. Mira de reojo a su esposo, quien sigue en silencio, con el ceño levemente fruncido. No puede permitir que él lo vea. Las consecuencias serían impredecibles.
Decide responder para cortar con la conversación.
"Estoy bien, señor Larsson. No se preocupe tanto. Agradezco que me haya ayudado con el v