Grace regresó de la reunión de las manadas con 16 miembros más. Seis de ellos son guerreros y los otros diez son omegas. Carlos encuentra un lugar para los guerreros y comienza a entrenarlos, evaluando sus fortalezas y debilidades. Al principio es una adaptación para ellos, pues nuestra manada es tan joven y necesita mucho trabajo. Pero con el tiempo, aprecian que se les necesite y empiezan a disfrutar construyendo una vida con su pareja, literalmente, desde los cimientos.

Grace encontró fácilmente lugares para los omegas, sobre todo porque nuestra manada está creciendo. Estaban encantados de poder construir sus propias casas y, si tienen alguna habilidad, pueden convertirla en un negocio si así lo desean.

Los diez miembros de la manada que fueron a pasar tiempo con sus parejas eligieron quedarse en esas manadas. Una vez que se dieron cuenta de que Rik, Cara, Liam y Angela son buenos líderes, se sintieron más cómodos quedándose. También les ayudó el hecho de que estuvieran repartidos